sábado, 21 de agosto de 2010

Evangelio segun el Espiritismo II


ALIANZA DE LA CIENCIA Y LA RELIGIÓN:

8. La Ciencia y la Religión son las dos palancas de la


inteligencia humana; la una revela las leyes del mundo material, la

otra las leyes del mundo moral; pero teniendo las unas y las otras

el mismo principio que es Dios, no pueden contradecirse, si una es

la negación de la otra, una necesariamente está errada y la otra no,

porque Dios no puede querer destruir su propia obra. La

incompatibilidad que se creía ver entre estos dos órdenes de ideas,

se debe a una falta de observación y al sobrado exclusivismo de

una y otra parte; de esto se ha seguido un conflicto, de donde

nacieron la incredulidad y la intolerancia.

Han llegado los tiempos en que las enseñanzas de Cristo

deben recibir su complemento, en que el velo lanzado a propósito

sobre algunas partes de esta enseñanza, debe ser levantado; en que

la Ciencia, dejando de ser exclusivamente materialista, debe

enterarse del elemento espiritual; y en que la Religión, cesando de

menospreciar las leyes orgánicas e inmutables de la materia,

apoyándose la una en la otra y marchando estas dos fuerzas de

acuerdo, se presten mutuo apoyo. Entonces la Religión no siendo

ya desmentida por la Ciencia, adquirirá una fuerza inquebrantable,

porque estará de acuerdo con la razón y no se le podrá oponer la

irresistible lógica de los hechos.

La Ciencia y la Religión no pudieron entenderse hasta hoy,

porque, examinando cada una las cosas bajo su punto de vista

exclusivo, se rechazaban mutuamente. Era necesario algo para

llenar el vacío que las separaba, un lazo de unión que las

aproximase; ese lazo de unión está en el conocimiento de las leyes

que rigen el mundo espiritual y sus relaciones con el mundo

corporal, leyes tan inmutables como las que rigen el movimiento

de los astros y la existencia de los seres. Una vez constatadas esas

relaciones por la experiencia, se ha hecho una nueva luz: la fe se

dirigió a la razón, la razón no encontró nada de ilógico en la fe y el

materialismo fue vencido. Pero en esto, como en todas las cosas,

hay personas que se quedan rezagadas, hasta que son arrastradas

por el movimiento general que las aplastará, si quisieren resistir,

en vez de entregarse a él. Es toda una revolución moral que se

opera en estos momentos y trabaja a los espíritus; después de

haberse elaborado durante más de dieciocho siglos, se aproxima a

su cumplimiento y va a marcar una nueva era en la Humanidad.

Las consecuencias de esta revolución son fáciles de prever; debe

traer, en las relaciones sociales, inevitables modificaciones y no

está en el poder de nadie el oponerse a ellas, porque están en los

designios de Dios y son consecuencia de la ley del progreso, que

es una ley de Dios.

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