domingo, 29 de agosto de 2010

DIFERENTES ESTADOS DEL ALMA

La casa del Padre es el Universo; las diferentes moradas

son los mundos que circulan en el espacio infinito y ofrecen a los

Espíritus encarnados, moradas apropiadas a su adelantamiento.

Independiente de la diversidad de mundos, estas palabras

pueden también ser entendidas como el estado feliz o infeliz del

Espíritu en la erraticidad. Según esté más o menos purificado y

desprendido de los lazos materiales, el medio en que se encuentra,

el aspecto de las cosas, las sensaciones que experimenta, las

percepciones que posee, varían hasta lo infinito; mientras que unos
 
no pueden alejarse de la esfera en que vivieron, los otros se elevan

y recorren el espacio y los mundos; mientras que ciertos Espíritus

culpables van errantes en las tinieblas, los felices gozan de una

claridad resplandeciente y del sublime espectáculo del infinito; en

fin, mientras que el malo atormentado por los remordimientos,

por los pesares, muchas veces sólo, sin consuelo y separado de los

objetos de su afecto, gime bajo el peso de los sufrimientos morales,

el justo, reunido con los que ama, goza las dulzuras de una indecible

felicidad. También allí hay diferentes moradas, aun cuando no estén

circunscritas ni localizadas.

domingo, 22 de agosto de 2010

Evangelio segun el Espiritismo IV

MI REINO NO ES DE ESTE MUNDO


La vida futura. – La realeza de Jesús. – El punto de vista.

– Instrucciones de los Espíritus: Un reinado terrestre.

1. Pilatos, volviendo a entrar en el pretorio, y llamando a

Jesús dijo: ¿Eres tú el rey de los Judíos? Jesús le respondió: Mi

reino no es de este mundo. Si mi reino fuese de este mundo mi

pueblo habría combatido para impedir que cayese en manos de

los Judíos; pero mi reino no es de aquí. Entonces Pilatos le dice:

Luego ¿eres rey? Respondió Jesús: Vos habéis dicho que soy rey,

pero yo no he nacido, ni he venido a este mundo sino para dar

testimonio a la verdad; todo aquel que es amante de la verdad,

escucha mi voz. (San Juan, cap. XVIII, v. 33, 36, 37).

LA VIDA FUTURA

2. Con estas palabras Jesús designa claramente la vida futura,

que presenta en todas las circunstancias, como el término hacia

donde tiende la Humanidad, y como debe ser el objeto de las

principales preocupaciones del hombre sobre la Tierra; todas sus

máximas se dirigen a este gran principio. En efecto, sin la vida

futura, la mayor parte de sus preceptos de moral no tendrían ninguna

razón de ser; por esto aquellos que no creen en la vida futura,

imaginando que sólo habla de la vida presente, no los comprenden

o los encuentran pueriles.

Este dogma puede ser considerado como eje de la enseñanza

de Cristo; por eso está colocado como uno de los primeros en esta

obra, porque debe ser el blanco de todos los hombres; sólo él puedejustificar las anomalías de la vida terrestre y concordar con la


justicia de Dios.

3. Los Judíos sólo tenían ideas muy inciertas en cuanto a

la vida futura; creían en los ángeles, a quienes consideraban

como los seres privilegiados de la Creación, pero no sabían que

los hombres pudieran ser un día ángeles y participar de su

felicidad. Según ellos, la observancia de las leyes de Dios era

recompensada con los bienes de la Tierra, con la supremacía de

su nación y las victorias alcanzadas sobre sus enemigos; las

calamidades públicas y las derrotas eran el castigo de su

desobediencia. Moisés no podía decir otra cosa a un pueblo

pastor e ignorante que debía conmoverse, ante todo, por las

cosas de este mundo. Más tarde vino Jesús a revelarles que hay

otro mundo donde la justicia de Dios sigue su curso; éste es el

mundo que promete a los que observan los mandamientos de

Dios, y donde los buenos encontrarán su recompensa; ese mundo

es su reino; allí es donde está en toda su gloria y a donde

regresará al dejar la Tierra.

Sin embargo, Jesús, conformando su enseñanza al estado de

los hombres de la época, no creyó deber darles una luz completa

que les hubiera deslumbrado sin iluminarles, porque no la habrían

comprendido; de cierto modo se limitó a anunciar en principio la

vida futura como una ley natural a la cual nadie puede escapar.

Todo cristiano cree, pues, forzosamente, en la vida futura; pero la

idea que muchos hacen de ella es vaga, incompleta y por lo mismo

falsa en varios puntos; para un gran número, sólo es una creencia

sin certeza absoluta; de ahí se siguen las dudas y la misma

incredulidad.

El Espiritismo vino a completar en este punto como en

muchos otros, la enseñanza de Cristo, cuando los hombres estaban

maduros para comprender la verdad. Con el Espiritismo, la vida

futura ya no es un simple artículo de fe, una hipótesis; es una

realidad material demostrada por los hechos, porque son testigos

oculares los que vienen a describirla en todas sus fases y con todas

sus peripecias, de tal modo que no sólo no es posible la duda, sino

que la inteligencia más vulgar puede hacerse una idea de suverdadero aspecto, como si se imaginase un país
 
del cual se leyó


una descripción detallada. Ahora, esta descripción de la vida futura

es tan circunstanciada, y las condiciones de existencia feliz o infeliz

de los que se encuentran en ella son tan racionales, que podemos

decir, a pesar de eso, que no puede ser de otra forma, y que está

allá la verdadera justicia de Dios.

sábado, 21 de agosto de 2010

Evangelio segun el Espiritismo III



LA NUEVA ERA:
9. Dios es único y Moisés el Espíritu que Dios envió en

misión para darle a conocer, no sólo a los Hebreos sino también a

los pueblos paganos. El pueblo hebreo, fue el instrumento del que

Dios se valió para hacer su revelación por medio de Moisés y los

profetas y las vicisitudes de este pueblo estaban destinadas a

impresionar los ojos y hacer caer el velo que escondía la divinidad

a los hombres.

Los mandamientos de Dios dados por Moisés traen el germen

de la más amplia moral cristiana; los comentarios de La Biblia

restringían su sentido, porque, puestos en práctica en toda su pureza,

no habrían sido comprendidos, entonces; pero, no por eso, los diez

mandamientos de Dios dejaron de permanecer como el frontispicio

brillante, como el farol que debía iluminar a la Humanidad en el

camino que habría de recorrer.

La moral enseñada por Moisés era apropiada al estado de

adelanto en que se encontraban los pueblos que fue llamada a

regenerar, y esos pueblos, medio salvajes en cuanto al

perfeccionamiento de su alma, no habrían comprendido que se

puede adorar a Dios de otro modo que por los holocaustos, ni que

se necesitase perdonar a un enemigo. Su inteligencia, notable desde

el punto de vista de la materia y aun respecto de las artes y las

ciencias, estaba muy atrasada en moralidad y no se habrían

convertido bajo el imperio de una religión enteramente espiritual;
les era necesario una representación semimaterial tal como la


ofrecía entonces la religión hebrea. Así, los holocaustos hablaban

a sus sentidos, mientras que la idea de Dios hablaba a su espíritu.

El Cristo fue el iniciador de la moral más pura y más sublime:

la moral evangélica-cristiana que debe renovar el mundo, aproximar

a los hombres y hacerlos hermanos; que debe hacer brotar de todos

los corazones humanos la caridad y el amor al prójimo, y crear

entre todos los hombres una solidaridad común; en fin, de una

moral que debe transformar la Tierra y hacer de ella una morada

para los Espíritus superiores a los que hoy la habitan. Es la ley del

progreso, a la que está sometida la Naturaleza, que se cumple, y el

Espiritismo es la palanca de que Dios se sirve para hacer avanzar

a la Humanidad.

Han llegado los tiempos en que las ideas morales deben

desarrollarse para cumplir los progresos que entran en los designios

de Dios; ellas deben seguir el mismo camino que recorrieron las

ideas de libertad y que fueron sus precursoras. Pero no creáis que

este desarrollo se realice sin luchas; no, ellas necesitan, para llegar

a la madurez, sacudimientos y discusiones, con el fin de que llamen

la atención de las masas; una vez fijada la atención, la hermosura

y la santidad de la moral impresionarán a los Espíritus, y se

interesarán por una ciencia que les da la clave de la vida futura y

les abre las puertas de la eterna felicidad. Fue Moisés quien abrió

el camino; Jesús continuó la obra, y el Espiritismo la concluirá.

(Un Espíritu Israelita. Mulhouse, 1861).

10. Un día, Dios, en su caridad inagotable, permitió al hombre

ver que la verdad disipaba las tinieblas; ese día fue el advenimiento

de Cristo. Después de la luz viva, volvieron las tinieblas; el mundo,

después de las alternativas de la verdad y de la obscuridad, se perdió

de nuevo. Entonces, a semejanza de los profetas del Antiguo

Testamento, los Espíritus se ponen a hablar y os advierten: ¡El mundo

esta conmovido en sus cimientos, el rayo rugirá, estad firmes!

El Espiritismo es de orden divino, puesto que descansa en

las mismas leyes de la Naturaleza; y creed que todo lo que es de

orden divino tiene un objetivo grande y útil. Vuestro mundo se

perdía, la ciencia, desarrollada a expensas de lo que es de orden
moral, conduciéndoos al bienestar material, redundaba en provecho


del Espíritu de las tinieblas. Vosotros lo sabéis, cristianos, el corazón

y el amor deben caminar unidos a la ciencia. El reino de Cristo,

después de dieciocho siglos, y a pesar de la sangre de tantos

mártires, aún no ha llegado. Cristianos, volved al Maestro que

quiere salvaros. Todo le es fácil al que cree y ama; el amor le llena

de una alegría inefable. Sí, hijos míos; el mundo está conmovido,

los buenos Espíritus os lo dicen siempre, curvaos bajo el soplo

precursor de la tempestad, a fin de que no seáis derribados; es

decir, preparaos, y no os asemejéis a las vírgenes locas que estaban

desprevenidas a la llegada del esposo.

La revolución que se prepara es más bien moral que material;

los grandes Espíritus, mensajeros divinos, inspiran la fe, para que

todos vosotros, obreros esclarecidos y ardientes, hagáis oír vuestra

humilde voz; porque vosotros sois el grano de arena, pero sin granos

de arena no habría montañas. Así, pues, que estas palabras:

“nosotros somos pequeños”, no tengan sentido para vosotros. A

cada uno su misión, a cada uno su trabajo. ¿No construye la hormiga

el edificio de su república y los animalitos imperceptibles no

levantan acaso continentes? La nueva cruzada comenzó; apóstoles

de la paz universal y no de la guerra, San Bernardos modernos,

mirad y marchad adelante: la ley de los mundos es la ley del

progreso. (FÉNELON, Poitiers, 1861).

11. San Agustín es uno de los más grandes propagadores del

Espiritismo; se manifiesta casi en todas partes, y la razón de ello la

encontramos en la vida de ese gran filósofo cristiano, que pertenece

a esa vigorosa falange de los Padres de la Iglesia a los cuales la

cristiandad debe sus más sólidos apoyos. Como muchos, fue

arrebatado al paganismo, mejor dicho, a la más profunda impiedad,

por el resplandor de la verdad. Cuando en medio de sus excesos,

sintió en su alma esa vibración extraña que le hizo volver en sí

mismo y comprender que la felicidad estaba en otra parte y no en

los placeres embriagadores y fugitivos; cuando, en fin, marchando

por el camino de Damasco, oyó también la voz santa que le gritaba:

Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues?, exclamó: ¡Dios mío! ¡Dios

mío! Perdóname, creo, ¡soy cristiano! Y desde entonces fue uno

de los más firmes defensores del Evangelio. Se pueden leer en las
notables confesiones que nos dejó este Espíritu eminente, las


palabras características y proféticas al mismo tiempo, que

pronunció después de haber perdido a Santa Mónica: “Estoy

convencido de que mi madre volverá a visitarme y a darme

consejos, revelándome lo que nos espera en la vida futura.” ¡Qué

enseñanza en estas palabras, y que resplandeciente previsión de la

futura doctrina! Por esto hoy día, viendo llegada la hora para

divulgar la verdad que en otro tiempo presintió, se ha hecho su

ardiente propagador y se multiplica, por decirlo así, para acudir a

todos los que le llaman. (Erasto, discípulo de San Pablo, París,

1863).

NOTA: ¿Acaso San Agustín viene a destruir aquello que

edificó? Seguramente que no; pero, como tantos otros, ve con los

ojos del Espíritu lo que no veía como hombre; su alma libre entrevé

nuevas claridades y comprende lo que no comprendía antes; nuevas

ideas le han revelado el verdadero sentido de ciertas palabras; en

la Tierra juzgaba las cosas según los conocimientos que poseía,

pero, cuando se hizo para él una nueva luz, pudo juzgarlas más

juiciosamente. Así cambió de idea sobre su creencia respecto a los

Espíritus íncubos y súcubos y sobre el anatema que había lanzado

contra la teoría de los antípodas. Ahora que el Cristianismo se le

presenta en toda su pureza, puede pensar sobre ciertos puntos de

otro modo que cuando vivía, sin dejar de ser el apóstol cristiano.

Pudo, sin renegar su fe, hacerse el propagador del Espiritismo,

porque ve en él, el cumplimiento de las cosas predichas.

Proclamándolo, hoy, no hace otra cosa que conducirnos a una

interpretación más sana y más lógica de los textos. Lo mismo sucede

con otros Espíritus que se encuentran en una posición análoga.

Evangelio segun el Espiritismo II


ALIANZA DE LA CIENCIA Y LA RELIGIÓN:

8. La Ciencia y la Religión son las dos palancas de la


inteligencia humana; la una revela las leyes del mundo material, la

otra las leyes del mundo moral; pero teniendo las unas y las otras

el mismo principio que es Dios, no pueden contradecirse, si una es

la negación de la otra, una necesariamente está errada y la otra no,

porque Dios no puede querer destruir su propia obra. La

incompatibilidad que se creía ver entre estos dos órdenes de ideas,

se debe a una falta de observación y al sobrado exclusivismo de

una y otra parte; de esto se ha seguido un conflicto, de donde

nacieron la incredulidad y la intolerancia.

Han llegado los tiempos en que las enseñanzas de Cristo

deben recibir su complemento, en que el velo lanzado a propósito

sobre algunas partes de esta enseñanza, debe ser levantado; en que

la Ciencia, dejando de ser exclusivamente materialista, debe

enterarse del elemento espiritual; y en que la Religión, cesando de

menospreciar las leyes orgánicas e inmutables de la materia,

apoyándose la una en la otra y marchando estas dos fuerzas de

acuerdo, se presten mutuo apoyo. Entonces la Religión no siendo

ya desmentida por la Ciencia, adquirirá una fuerza inquebrantable,

porque estará de acuerdo con la razón y no se le podrá oponer la

irresistible lógica de los hechos.

La Ciencia y la Religión no pudieron entenderse hasta hoy,

porque, examinando cada una las cosas bajo su punto de vista

exclusivo, se rechazaban mutuamente. Era necesario algo para

llenar el vacío que las separaba, un lazo de unión que las

aproximase; ese lazo de unión está en el conocimiento de las leyes

que rigen el mundo espiritual y sus relaciones con el mundo

corporal, leyes tan inmutables como las que rigen el movimiento

de los astros y la existencia de los seres. Una vez constatadas esas

relaciones por la experiencia, se ha hecho una nueva luz: la fe se

dirigió a la razón, la razón no encontró nada de ilógico en la fe y el

materialismo fue vencido. Pero en esto, como en todas las cosas,

hay personas que se quedan rezagadas, hasta que son arrastradas

por el movimiento general que las aplastará, si quisieren resistir,

en vez de entregarse a él. Es toda una revolución moral que se

opera en estos momentos y trabaja a los espíritus; después de

haberse elaborado durante más de dieciocho siglos, se aproxima a

su cumplimiento y va a marcar una nueva era en la Humanidad.

Las consecuencias de esta revolución son fáciles de prever; debe

traer, en las relaciones sociales, inevitables modificaciones y no

está en el poder de nadie el oponerse a ellas, porque están en los

designios de Dios y son consecuencia de la ley del progreso, que

es una ley de Dios.

Evangelios segun el Espiritismo I


EL ESPIRITISMO

5. El Espiritismo es la nueva ciencia que viene a revelar


a los hombres, con pruebas irrecusables, la existencia y la

naturaleza del mundo espiritual y sus relaciones con el mundo

corporal; nos lo presenta, no como una cosa sobrenatural, sino,

al contrario, como una de esas fuerzas vivas e incesantemente

activas de la Naturaleza, como la fuente de una multitud de

fenómenos incomprensibles hasta ahora y relegados, por esta

razón, al dominio de lo fantástico y de lo maravilloso. Es a

estas relaciones que Cristo hace alusión, en diferentes

circunstancias y por esto muchas de las cosas que dijo

permanecieron ininteligibles o fueron falsamente interpretadas.

El Espiritismo es la clave con que todo se explica fácilmente.

6. La ley del Antiguo Testamento está personificada en

Moisés y la del Nuevo Testamento está personificada en Cristo;

el Espiritismo es la tercera revelación de la ley de Dios, pero no

está personificado en ningún individuo, porque es producto de la

enseñanza dada, no por un hombre, sino por los Espíritus, que

son las voces del cielo, en todas las partes de la Tierra y por una

multitud de innumerables intermediarios; es, en cierto modo, un

ser colectivo que comprende el conjunto de los seres del mundo

espiritual, viniendo cada uno a traer a los hombres el tributo de

sus luces para hacerles conocer aquel mundo y la suerte que en él

les espera.

7. Así como Cristo dijo: “Yo no vine a destruir la ley,

sino a darle cumplimiento”, el Espiritismo dice igualmente:

“Yo no vine a destruir la ley cristiana, sino a cumplirla”. No

enseña nada contrario a la que Cristo enseñó, pero desarrolla,

completa y explica, en términos claros para todo el mundo, lo

que se dijo bajo la forma alegórica; viene a cumplir en los

tiempos predichos, lo que Cristo anunció y a preparar el

cumplimiento de las cosas futuras. Es, pues, la obra de Cristo,

que él mismo preside, así como a la regeneración que se opera

y prepara el reino de Dios en la Tierra como igualmente lo

anunció.

El Espiritismo.

  

ESPIRITISMO

“-¿Qué ofrecerás a la muerte el día que llame a tu puerta?
- Le tenderé el cáliz de mi vida, lleno del dulce mosto de mis
días de otoño y de mis noches de verano. ¡No se irá con las
manos vacías: Todas las cosechas y todas las ganancias de
mi afán, se las daré, el último día, cuando ella llame a mi puerta.”
“Ofrenda Lírica.” Rabindranath Tagore.
Pese a ocupar un lugar privilegiado en las creencias del pueblo, poco ha sido divulgada esta forma de religiosidad; no se ha reparado en el lugar privilegiado que ocupa en el espectro religioso del cubano donde su presencia es cada vez más notable y abarcadora con el resto de los sistemas religiosos que coexisten con él.
Actualmente, el espiritismo posee una enorme riqueza y, en la región occidental de la Isla la mezcla de espiritismo con otras prácticas de cualquiera de las demás religiones tradicionales cubanas como la Santería, la Regla de Palo, el Ñañiguismo y el catolicismo popular, dio origen a lo que se conoce como espiritismo cruzado.

ESPIRITISMO CRUZADO

Para los cubanos practicantes o que admiten los fundamentos de la religión de origen yoruba, la muerte no es más que otra forma de vida. Cuando una persona ha cumplido con éxito las tareas de depuración que le fueron encomendadas como ser encarnado; cuando además, por su obra material y espiritual se cumplen rigurosamente todos los rituales funerarios, ella logrará trascender a otras dimensiones que le convertirán en un “ku” o espíritu luminoso y, en posesión de esta condición, reencarnará en las esencias que le sean afines. En caso de que no se cumplan adecuadamente todas estas condiciones, la muerte supone su transformación en un “ba” o espíritu errante, que sólo podrá manifestarse como energía negativa, pues no contribuirá a incrementar su depuración espiritual, o lo que es lo mismo, no brindará aché a los seres encarnados.
La persona fallecida sólo alcanzará la categoría de “ku” cuando su alma llegue a ode orun, o mundo de los dioses, aunque en el camino a este grado espiritual, Olofi le encomiende diversas tareas de beneficio colectivo. Esto explica el por qué en los tratados teológicos yorubas –al igual que en los bíblicos-, la muerte de los más relevantes profetas se produce luego de muchos años de vida: la muerte no es sinónima de desencarnar, sino posibilidad de reencarnar como una partícula de luz divina.
Existe una gran contradicción entre los esfuerzos que debe hacer cada persona para procurarse los beneficios (ireses) para él, sus familiares y congéneres, y los perjuicios (osogbos) que le son enviados por Eshu para limitar y dificultar su existencia. Entre los esfuerzos para purificar el espíritu, se halla el llevar una vida religiosa íntegra, efectuar los sacrificios y ofrendas a los dioses y ancestros. Entre los osogbos aparecen: la muerte prematura y repentina, la enfermedad, los accidentes, etc.
Cuando Olorun procuraba materia adecuada para crear al hombre, todos los orishas partieron a buscarla; trajeron diferentes materiales, pero ninguno se prestaba para los fines requeridos. La muerte apareció con sus manos llenas de barro y no tuvo misericordia de su llanto, del agua que destilaba. Llevó el barro a Oloddumare, quien en principio lo entregó a Orichanlá y Olugama y más tarde él mismo, le insufló el hálito de vida. Olorun determinó que como Ikú había sido quien escogió el material adecuado, tendría el privilegio de recolocarlo en cualquier momento a su lugar de origen”.

Es por ello que al fin de la existencia, Ikú nos lleva de regreso al barro. Se trata de un retorno, de una regresión. En relación con esta leyenda, tenemos el oddu de Ifá “Irete Kutan”, que en uno de sus versos dice: “Lo que la tierra da, la tierra se lo come”, lo que indica que la muerte es el retorno al principio esencial de la existencia.
Otro oddu de Ifá que contiene un rico concepto filosófico de la muerte es “Ogundá Iwori”, que dice: “Árbol que se poda, retoña”, lo que se interpreta como que es necesario limitar la existencia para resurgir fortalecido. La poda representa la interrupción de la vida; las ramas, los ancestros; los frutos, los hijos; las hojas verdes, el alma encarnada; las flores, el espíritu; y las hojas secas, el alma desencarnada.
Cuando muere una persona, se tira una sola vez el obbi, esto es el “Itutu”. Luego, a los nueve días, se hace una misa en la iglesia católica, y terminada ésta, todos los acompañantes regresan a la casa familiar para darle coco y saber su conformidad. Al año, se le hace una nueva misa en la iglesia, y posteriormente realizan la santera, a la que llaman “levantamiento del plato.” El objetivo del Itutu es el lograr que los seres queridos ya muertos, descansen en paz. Esta costumbre es muy respetada en esta religión, en la cual se cuenta siempre con los muertos.



 BOVEDA ESPIRITUAL
Según los practicantes del espiritismo, la Bóveda es un centro de poder donde convergen diferentes espíritus servidores de disímiles intereses, cuyos poderes pueden ser evocados por el devoto en beneficio suyo, de su familia, o de aquellos a quiénes desee realizar una obra de caridad. Se compone de siete vasos con agua, una copa de cristal transparente con agua, y una cruz o crucifijo, preferiblemente de madera. Otros componentes son: flores; y en las ocasiones que se indican, una vela cuyo color será blanco. Para realizar el montaje y los objetos que la componen, los representamos por los siguientes símbolos:
O - vasos.     C- copa.       + - cruz.      F- flores.     V - vela.
En ningún caso colocan la Bóveda a nivel del piso, sino sobre una mesa, de forma rectangular. Siempre cubierta ésta con un mantel o paño blanco, y sobre esta superficie colocan los objetos que la integran.
De acuerdo con la finalidad que se pretende, ésta puede adoptar una de las tres posiciones básicas que señalo a continuación:
BOVEDA EN REPOSO:
O     C      O
O     +      O
O     O     O
                                                            F  =  3, 5 ó 7 flores blancas o amarillas.
En este caso está cuidando de usted y de su casa, pues recoge lo malo que en ella pueda entrar. El vaso del centro es el dedicado a su Guía. Todos los viernes se completan con agua los vasos que hayan perdido volumen. Las flores se retiran antes de marchitarse, nunca dejarlas secar ante la Bóveda.
BOVEDA A LA DEFENSA:
O       O        O       O
C
+
O        O       O
                                          V                    F              = flores blancas.
En esta ocasión, le está protegiendo de sus enemigos. Cuando se conoce o sospecha el nombre de éstos, en un papel se escriben, con lápiz, horizontalmente por siete veces; y sobre el de ellos, el suyo en forma vertical; o sea, que les cruce, por otras siete o nueve veces. El papel así escrito se colocará bajo la copa.
BOVEDA AL ATAQUE:
O                          O
O        C        O
O      +      O
O
                                    V           F  = 3, 7 ó 9 flores rojas.
En esta posición, la Bóveda está luchando contra alguien o resolviendo algo que se le ha pedido. La vela se enciende, o bien a las 12 del mediodía, o a las 12 de la noche dejando, en ambos casos, que la misma se consuma totalmente.

La Bóveda no permanecerá en esta posición por más de nueve días, luego de los cuales la pasan tres días a la posición de reposo, y si aún no han logrado lo que se pretende, se inicia otro ciclo por nueve días y así sucesivamente hasta lograr lo pretendido.
En todas las posiciones, para ellos es importante adicionar al agua de la Copa un poco de agua bendita tomada de alguna iglesia, así como agregar unas gotas de agua de colonia o agua de Florida en cada uno de los vasos. Las flores tienen la función de fortalecer el ambiente, y dar una imagen agradable. La Bóveda Espiritual es un instrumento de carácter personal, aunque sus beneficios pueden ser colectivos. En una misma casa pueden haber tantas como habitantes la precisen pero siempre han de estar en habitaciones diferentes.

 

LA MISA ESPIRITUAL



Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy en medio de ellos." (S. Mateo: 13:2O)
Para los creyentes y practicantes del espiritismo, estar reunidos en nombre de Dios, no quiere decir que basta con estar reunidos materialmente, sino por la intención de pensamientos para el bien; entonces se le encuentra o a uno de los espíritus puros que le representan. No es la simultaneidad de palabras, o de actos exteriores, lo que en verdad constituye la reunión en nombre de Dios, sino la comunicación de pensamientos conformes al espíritu de caridad personificado en Jesús. Tal es el carácter de las sesiones espiritistas en las que se espera sinceramente el concurso de los buenos espíritus.
La Misa Espiritual comienza con la lectura de oraciones de amor al Padre Celestial y otras de carácter laudatorio y de invocación a los espíritus, a los que se les llama para que concurran. Una vez concluidos éstos primeros rezos, en los que se incluyen el Padre Nuestro, Ave María, etc., se considera establecida la comunicación y se tiene el consentimiento para la apertura.
Los asistentes se sientan en torno a la mesa que constituye el eje principal del altar. Se cubre con un mantel blanco y encima se colocan los objetos que conforman la Bóveda, dirigida a los espíritus guías que vengan por los distintos médiums presentes en la sesión. A ambos lados de la mesa-altar se sientan los principales médiums. La Bóveda se pondrá en la posición de reposo y la mesa con su parte posterior apoyada contra una pared.
La presencia de los vasos con agua significan la asistencia a los espíritus protectores, guías y de labor; su finalidad consiste en erigirse en elementos de comunicación. La vela será encendida al comienzo de la misa y se dejará consumir en su totalidad; pero deberá ser reemplazada caso de que no haya concluido aún la sesión.
Las oraciones por los espíritus que acaban de dejar la Tierra, no sólo tienen por objeto el darles testimonio de su simpatía, sino que también tiene por objetivo el ayudarles a su desprendimiento y por lo tanto, abreviar la turbación que sigue siempre a la separación, y darles más calma al despertar.
Pero en ésta como en cualquier otra circunstancia, consideran la eficacia de la oración en la sinceridad del pensamiento y no en la abundancia de palabras dichas con más o menos pompa, y en las cuales muchas veces el corazón no integra ninguna parte. Ruegan cada uno según sus convicciones y del modo que más les conmueva, pues entienden que un buen pensamiento vale más que numerosas palabras. El objeto de la oración es elevar sus almas a Dios, por lo que la diversidad de las mismas no establece ninguna diferencia. Entienden que son buenas todas las oraciones si son dichas con el corazón y no con la boca, a lo que agregan: "Dios es demasiado grande para rechazar la voz del que implora."

                  El Espiritismo, es otra de las religiones populares más arraigadas en Cuba, tuvo su aparición en la Isla a mediados del siglo XIX proveniente de los Estados Unidos. El hecho de que no se lograra instaurar un catolicismo ortodoxo, ni aún en los sectores más encumbrados de la sociedad cubana de aquella época, contribuyó a que surgiesen todos tipos de creyentes que, mezclando los diferentes cultos religiosos, conformaron un sincretismo enriquecedor entre los diversos sistemas de creencias.