sábado, 21 de agosto de 2010

El Espiritismo.

  

ESPIRITISMO

“-¿Qué ofrecerás a la muerte el día que llame a tu puerta?
- Le tenderé el cáliz de mi vida, lleno del dulce mosto de mis
días de otoño y de mis noches de verano. ¡No se irá con las
manos vacías: Todas las cosechas y todas las ganancias de
mi afán, se las daré, el último día, cuando ella llame a mi puerta.”
“Ofrenda Lírica.” Rabindranath Tagore.
Pese a ocupar un lugar privilegiado en las creencias del pueblo, poco ha sido divulgada esta forma de religiosidad; no se ha reparado en el lugar privilegiado que ocupa en el espectro religioso del cubano donde su presencia es cada vez más notable y abarcadora con el resto de los sistemas religiosos que coexisten con él.
Actualmente, el espiritismo posee una enorme riqueza y, en la región occidental de la Isla la mezcla de espiritismo con otras prácticas de cualquiera de las demás religiones tradicionales cubanas como la Santería, la Regla de Palo, el Ñañiguismo y el catolicismo popular, dio origen a lo que se conoce como espiritismo cruzado.

ESPIRITISMO CRUZADO

Para los cubanos practicantes o que admiten los fundamentos de la religión de origen yoruba, la muerte no es más que otra forma de vida. Cuando una persona ha cumplido con éxito las tareas de depuración que le fueron encomendadas como ser encarnado; cuando además, por su obra material y espiritual se cumplen rigurosamente todos los rituales funerarios, ella logrará trascender a otras dimensiones que le convertirán en un “ku” o espíritu luminoso y, en posesión de esta condición, reencarnará en las esencias que le sean afines. En caso de que no se cumplan adecuadamente todas estas condiciones, la muerte supone su transformación en un “ba” o espíritu errante, que sólo podrá manifestarse como energía negativa, pues no contribuirá a incrementar su depuración espiritual, o lo que es lo mismo, no brindará aché a los seres encarnados.
La persona fallecida sólo alcanzará la categoría de “ku” cuando su alma llegue a ode orun, o mundo de los dioses, aunque en el camino a este grado espiritual, Olofi le encomiende diversas tareas de beneficio colectivo. Esto explica el por qué en los tratados teológicos yorubas –al igual que en los bíblicos-, la muerte de los más relevantes profetas se produce luego de muchos años de vida: la muerte no es sinónima de desencarnar, sino posibilidad de reencarnar como una partícula de luz divina.
Existe una gran contradicción entre los esfuerzos que debe hacer cada persona para procurarse los beneficios (ireses) para él, sus familiares y congéneres, y los perjuicios (osogbos) que le son enviados por Eshu para limitar y dificultar su existencia. Entre los esfuerzos para purificar el espíritu, se halla el llevar una vida religiosa íntegra, efectuar los sacrificios y ofrendas a los dioses y ancestros. Entre los osogbos aparecen: la muerte prematura y repentina, la enfermedad, los accidentes, etc.
Cuando Olorun procuraba materia adecuada para crear al hombre, todos los orishas partieron a buscarla; trajeron diferentes materiales, pero ninguno se prestaba para los fines requeridos. La muerte apareció con sus manos llenas de barro y no tuvo misericordia de su llanto, del agua que destilaba. Llevó el barro a Oloddumare, quien en principio lo entregó a Orichanlá y Olugama y más tarde él mismo, le insufló el hálito de vida. Olorun determinó que como Ikú había sido quien escogió el material adecuado, tendría el privilegio de recolocarlo en cualquier momento a su lugar de origen”.

Es por ello que al fin de la existencia, Ikú nos lleva de regreso al barro. Se trata de un retorno, de una regresión. En relación con esta leyenda, tenemos el oddu de Ifá “Irete Kutan”, que en uno de sus versos dice: “Lo que la tierra da, la tierra se lo come”, lo que indica que la muerte es el retorno al principio esencial de la existencia.
Otro oddu de Ifá que contiene un rico concepto filosófico de la muerte es “Ogundá Iwori”, que dice: “Árbol que se poda, retoña”, lo que se interpreta como que es necesario limitar la existencia para resurgir fortalecido. La poda representa la interrupción de la vida; las ramas, los ancestros; los frutos, los hijos; las hojas verdes, el alma encarnada; las flores, el espíritu; y las hojas secas, el alma desencarnada.
Cuando muere una persona, se tira una sola vez el obbi, esto es el “Itutu”. Luego, a los nueve días, se hace una misa en la iglesia católica, y terminada ésta, todos los acompañantes regresan a la casa familiar para darle coco y saber su conformidad. Al año, se le hace una nueva misa en la iglesia, y posteriormente realizan la santera, a la que llaman “levantamiento del plato.” El objetivo del Itutu es el lograr que los seres queridos ya muertos, descansen en paz. Esta costumbre es muy respetada en esta religión, en la cual se cuenta siempre con los muertos.



 BOVEDA ESPIRITUAL
Según los practicantes del espiritismo, la Bóveda es un centro de poder donde convergen diferentes espíritus servidores de disímiles intereses, cuyos poderes pueden ser evocados por el devoto en beneficio suyo, de su familia, o de aquellos a quiénes desee realizar una obra de caridad. Se compone de siete vasos con agua, una copa de cristal transparente con agua, y una cruz o crucifijo, preferiblemente de madera. Otros componentes son: flores; y en las ocasiones que se indican, una vela cuyo color será blanco. Para realizar el montaje y los objetos que la componen, los representamos por los siguientes símbolos:
O - vasos.     C- copa.       + - cruz.      F- flores.     V - vela.
En ningún caso colocan la Bóveda a nivel del piso, sino sobre una mesa, de forma rectangular. Siempre cubierta ésta con un mantel o paño blanco, y sobre esta superficie colocan los objetos que la integran.
De acuerdo con la finalidad que se pretende, ésta puede adoptar una de las tres posiciones básicas que señalo a continuación:
BOVEDA EN REPOSO:
O     C      O
O     +      O
O     O     O
                                                            F  =  3, 5 ó 7 flores blancas o amarillas.
En este caso está cuidando de usted y de su casa, pues recoge lo malo que en ella pueda entrar. El vaso del centro es el dedicado a su Guía. Todos los viernes se completan con agua los vasos que hayan perdido volumen. Las flores se retiran antes de marchitarse, nunca dejarlas secar ante la Bóveda.
BOVEDA A LA DEFENSA:
O       O        O       O
C
+
O        O       O
                                          V                    F              = flores blancas.
En esta ocasión, le está protegiendo de sus enemigos. Cuando se conoce o sospecha el nombre de éstos, en un papel se escriben, con lápiz, horizontalmente por siete veces; y sobre el de ellos, el suyo en forma vertical; o sea, que les cruce, por otras siete o nueve veces. El papel así escrito se colocará bajo la copa.
BOVEDA AL ATAQUE:
O                          O
O        C        O
O      +      O
O
                                    V           F  = 3, 7 ó 9 flores rojas.
En esta posición, la Bóveda está luchando contra alguien o resolviendo algo que se le ha pedido. La vela se enciende, o bien a las 12 del mediodía, o a las 12 de la noche dejando, en ambos casos, que la misma se consuma totalmente.

La Bóveda no permanecerá en esta posición por más de nueve días, luego de los cuales la pasan tres días a la posición de reposo, y si aún no han logrado lo que se pretende, se inicia otro ciclo por nueve días y así sucesivamente hasta lograr lo pretendido.
En todas las posiciones, para ellos es importante adicionar al agua de la Copa un poco de agua bendita tomada de alguna iglesia, así como agregar unas gotas de agua de colonia o agua de Florida en cada uno de los vasos. Las flores tienen la función de fortalecer el ambiente, y dar una imagen agradable. La Bóveda Espiritual es un instrumento de carácter personal, aunque sus beneficios pueden ser colectivos. En una misma casa pueden haber tantas como habitantes la precisen pero siempre han de estar en habitaciones diferentes.

 

LA MISA ESPIRITUAL



Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy en medio de ellos." (S. Mateo: 13:2O)
Para los creyentes y practicantes del espiritismo, estar reunidos en nombre de Dios, no quiere decir que basta con estar reunidos materialmente, sino por la intención de pensamientos para el bien; entonces se le encuentra o a uno de los espíritus puros que le representan. No es la simultaneidad de palabras, o de actos exteriores, lo que en verdad constituye la reunión en nombre de Dios, sino la comunicación de pensamientos conformes al espíritu de caridad personificado en Jesús. Tal es el carácter de las sesiones espiritistas en las que se espera sinceramente el concurso de los buenos espíritus.
La Misa Espiritual comienza con la lectura de oraciones de amor al Padre Celestial y otras de carácter laudatorio y de invocación a los espíritus, a los que se les llama para que concurran. Una vez concluidos éstos primeros rezos, en los que se incluyen el Padre Nuestro, Ave María, etc., se considera establecida la comunicación y se tiene el consentimiento para la apertura.
Los asistentes se sientan en torno a la mesa que constituye el eje principal del altar. Se cubre con un mantel blanco y encima se colocan los objetos que conforman la Bóveda, dirigida a los espíritus guías que vengan por los distintos médiums presentes en la sesión. A ambos lados de la mesa-altar se sientan los principales médiums. La Bóveda se pondrá en la posición de reposo y la mesa con su parte posterior apoyada contra una pared.
La presencia de los vasos con agua significan la asistencia a los espíritus protectores, guías y de labor; su finalidad consiste en erigirse en elementos de comunicación. La vela será encendida al comienzo de la misa y se dejará consumir en su totalidad; pero deberá ser reemplazada caso de que no haya concluido aún la sesión.
Las oraciones por los espíritus que acaban de dejar la Tierra, no sólo tienen por objeto el darles testimonio de su simpatía, sino que también tiene por objetivo el ayudarles a su desprendimiento y por lo tanto, abreviar la turbación que sigue siempre a la separación, y darles más calma al despertar.
Pero en ésta como en cualquier otra circunstancia, consideran la eficacia de la oración en la sinceridad del pensamiento y no en la abundancia de palabras dichas con más o menos pompa, y en las cuales muchas veces el corazón no integra ninguna parte. Ruegan cada uno según sus convicciones y del modo que más les conmueva, pues entienden que un buen pensamiento vale más que numerosas palabras. El objeto de la oración es elevar sus almas a Dios, por lo que la diversidad de las mismas no establece ninguna diferencia. Entienden que son buenas todas las oraciones si son dichas con el corazón y no con la boca, a lo que agregan: "Dios es demasiado grande para rechazar la voz del que implora."

                  El Espiritismo, es otra de las religiones populares más arraigadas en Cuba, tuvo su aparición en la Isla a mediados del siglo XIX proveniente de los Estados Unidos. El hecho de que no se lograra instaurar un catolicismo ortodoxo, ni aún en los sectores más encumbrados de la sociedad cubana de aquella época, contribuyó a que surgiesen todos tipos de creyentes que, mezclando los diferentes cultos religiosos, conformaron un sincretismo enriquecedor entre los diversos sistemas de creencias.

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