domingo, 17 de octubre de 2010

ORACIONES ESPIRITISTAS.


-Evocación a los Espíritus Buenos:

Alabados seáis, Espíritus puros del Señor. Yo, humilde y atrasada
criatura, elevo a vosotros mi pensamiento y mi corazón, para rogaros
me guiéis por el camino de la verdad y me iluminéis siempre en los
divinos preceptos, para no faltar a ellos y hacerme digno de alcanzar
pronto la bienaventuranza. Amén.



-Plegaria del Naufrago:

Torna tu vista, Dios mío,hacia esta infeliz criatura, no me des mi sepultura
entre las olas del mar. Dame la fuerza y valor para salvar el abismo,
dadme gracia, por lo mismo que es tan grande tu bondad.
Si yo, cual frágil barquilla,por mi soberbia halagado,el mar humano he cruzado
tan solo tras el placer, déjame, Señor, que vuelva a pisar el continente,haciendo voto fervientede ser cristiano con fe.Si yo con mi torpe falta me he mecido entre la bruma desafiando la espuma que levanta el temporal;Te ofrezco que en adelante no tendré el atrevimiento de sordo ser al lamento de aquel que sufre en el mal.Y siguiendo mi rumbo,he tenido hasta el descaro de burlarme de aquel faro que puerto me designó. Yo te prometo, Dios mío,no burlarme de esa luz que brilla sobre la cruz por el hijo de tu amor.
iOh! Tú, padre de mi alma que escuchas al afligido,y me ves arrepentido
de lo que mi vida fue;Sálvame, Dios mío, sálvame,y dame, antes que de cuenta,
para que yo me arrepienta,el tiempo preciso: Amén.


-Acto de sumisión y resignación:

Dios mío, vos sois soberanamente justo; todo sufrimiento en la tierra,
debe, pues, tener su causa y su utilidad. Yo acepto el motivo de
aflicción que acabo de experimentar como una expiación de mis
faltas pasadas y como una prueba para el porvenir.
Espíritus buenos que me protegéis, dadme fuerza para soportarla sin
murmurar; haced que sea para mí una advertencia saludable, que
aumente mi experiencia y que combata en mí el orgullo, la ambición,
la necia vanidad y el egoísmo, y que todo contribuya a mi adelantamiento.

-Oracion para los recién fallecidos:
Dios mío, cuya bondad es infinita, dignaos aliviar la amarga posición
de N... si tal es vuestra voluntad. Espíritus buenos, en nombre de
Dios todopoderoso, os suplico que le asistáis en sus aflicciones, si
algo puede hacerse en interés suyo, haciéndole comprender que son
necesarias para su adelantamiento. Dadle confianza en Dios y en el
porvenir, y se le harán menos duras. Dadle también fuerza para que
no sucumba a la desesperación; porque perdería el fruto y haría que
su posición futura fuera más penosa. Conducid mi pensamiento
hacia él y que le ayude a sostener su ánimo.
Oración
Dios Todopoderoso, ¡que vuestra misericordia se extienda sobre esa
alma que acabáis de llamar a Vos! ¡Que las pruebas que ha sufrido
en esta vida le sean tomadas en cuenta, y nuestras oraciones
puedan aliviar y abreviar las penas que tenga aún que sufrir como
espíritu!
Espíritus buenos que habéis venido a recibirle, y sobre todo vos, su
ángel de la guardia, asistidle para ayudarle a despojarse de la
materia; dadle la luz y la conciencia de si mismo con el fin de sacarle
de la turbación que acompaña al tránsito de la vida corporal a la vida
espiritual. Inspiradle el arrepentimiento de las faltas que haya
cometido y el deseo de que le sea permitido el repararlas para
activar su adelantamiento hacia la vida de eterna bienaventuranza.
N... acabas de entrar en el mundo de los espíritus, y sin embargo
estás presente entre nosotros; nos oyes y nos escuchas, porque no
hay más diferencia entre tú y nosotros que el cuerpo perecedero que
acabas de dejar y que muy pronto será reducido a polvo.
Has dejado la grosera envoltura sujeta a las vicisitudes y a la muerte
y sólo conservas la envoltura etérea, imperecedera e inaccesible a
los sufrimientos. Si no vives ya por el cuerpo, vives de la vida de los
espíritus, y esta vida está exenta de las miserias que afligen a la
humanidad.
Tampoco tienes el velo que oculta a nuestros ojos los resplandores
de la vida futura; de hoy en adelante podrás contemplar nuevas
maravillas, mientras que nosotros estamos aún sumergidos en las
tinieblas.
Vas a recorrer el espacio y visitar los mundos con toda libertad,
mientras que nosotros nos arrastramos penosamente sobre la tierra,
en la que nos retiene nuestro cuerpo material, semejante para
nosotros a una carga muy pesada.
El horizonte del infinito va a desarrollarse delante de ti, y en
presencia de tanta grandeza comprenderás la voluntad de nuestros
deseos terrestres, de nuestras ambiciones mundanas y de nuestros
goces fútiles de que los hombres hacen sus delicias.
La muerte es sólo para los hombres una separación material de
algunos instantes. Desde el lugar del destierro en donde nos retiene
aún la voluntad de Dios, así como los deberes que tenemos que
cumplir en la tierra, te seguiremos con el pensamiento hasta el
momento en que se nos permita reunirnos a ti, así como tú te has
reunido con los que te han precedido.
Si nosotros no podemos ir a tu lado, tú puedes venir al nuestro. Ven,
pues, entre los que te aman y que has amado; sostenles en las
pruebas de la vida, vela por los que te son queridos, protégeles
según tu poder y calma sus pesares con el pensamiento de que eres
más feliz ahora y con la consoladora certeza de estar reunidos un
día en mundo mejor.
En el mundo donde estás deben extinguirse todos los resentimientos
terrestres.
¡Que a ellos seas inaccesible para tu felicidad futura! Perdona, pues,
a los que han podido hacerte algún agravio, como ellos te perdonan
el que tú puedes haberles hecho.
Nota: Pueden añadirse a esta oración, aplicable a todos, algunas
palabras especiales, según las circunstancias particulares de familia
o de relación y la posición del difunto. Si se trata de un niño, el
Espiritismo nos enseña que éste no es un espíritu de creación
reciente, sino que ha vivido ya y puede ser también muy avanzado.
Si su última existencia ha sido corta es porque no era más que un
complemento de la prueba, o debía ser una prueba para su padres.
Otra oración
Señor Todopoderoso, ¡que vuestra misericordia se extienda sobre
nuestros hermanos que acaban de dejar la Tierra! ¡que vuestra luz
resplandezca a sus ojos! ¡Sacadles de las tinieblas, abridles los ojos
y los oídos! ¡que vuestros espíritus les rodeen y les hagan oír las
palabras de paz y de esperanza!
Señor, por indignos que seamos nos atrevemos a implorar vuestra
misericordiosa indulgencia en favor de aquél de nuestros hermanos
que acaba de ser llamado del destierro; haced que su regreso sea el
del hijo pródigo. Olvidad, ¡Oh Dios mío! las faltas que ha podido
cometer, para acordaros del bien que hizo. Vuestra justicia es
inmutable, lo sabemos, pero vuestro amor es inmenso; os
suplicamos que aplaquéis vuestra justicia por ese manantial de
bondad que mana de vos.
¡Que la luz se haga por ti, hermano mío, que acabas de dejar la
Tierra! ¡Que los buenos espíritus del Señor desciendan hacia ti,
rodeándote y ayudándote a sacudir tus cadenas terrestres!
Comprende y mira la grandeza de Nuestro Señor; sométete sin
murmurar a su justicia, pero no desesperes jamás de su
misericordia. ¡Hermano! ¡que una formal mirada sobre tu pasado te
abra las puertas del porvenir haciéndote comprender las faltas que
dejas detrás de ti y el trabajo que te queda para repararlas! ¡Que
Dios te perdone y que sus buenos espíritus te sostengan y te
animen! Tus hermanos de la tierra rogarán por ti y te piden que
ruegues por ellos.
Para las almas que sufren y piden oraciones
Para comprender el alivio que la oración puede procurar a los
espíritus que sufren, es menester referirse a su modo de acción, que
se ha explicado más arriba.
El que está penetrado de esta verdad, ruega con más fervor por la
certeza de que no ruega en vano.
Oración
Dios clemente y misericordioso, haced que vuestra bondad se
extienda sobre todos los espíritus que desean nuestras oraciones, y
particularmente sobre el alma de N...
Espíritus buenos cuya única ocupación es el bien, interceded
conmigo para su alivio. Haced que resplandezca a sus ojos un rayo
de esperanza, y que la divina luz les ilumine y les haga ver las
imperfecciones que les alejan de la morada de los bienaventurados.
Abrid su corazón al arrepentimiento. Hacedles comprender que por
su esfuerzo pueden abreviar el tiempo de sus pruebas.
¡Que Dios con su bondad les dé fuerza para perseverar en sus
buenas resoluciones! Que estas palabras benévolas puedan mitigar
sus penas demostrándoles que hay en la tierra quien toma parte en
ellas y que desea su felicidad.
Para los espíritus arrepentidos
Seria injusto colocar en la categoría de los malos espíritus a los que
sufren y, arrepentidos, piden oraciones; éstos han podido ser malos,
pero ya no lo son, desde el momento que reconocen sus faltas y
sienten haberlas cometido; sólo son desgraciados y algunos
empiezan a gozar de una felicidad relativa.
Oración.
Dios de misericordia, que aceptáis el arrepentimiento sincero del
pecador, encarnado o desencarnado, aquí tenéis un espíritu que se
ha complacido en el mal, pero que reconoce sus faltas y entra es el
buen camino; dignaos, Dios mío, recibirle como a un hijo pródigo, y
perdonadle.
Espíritus buenos cuya voz ha desconocido, de aquí en adelante
quiere escucharos; permitid que pueda entrever la felicidad de los
elegidos del Señor, con el fin de que persista en el deseo de
purificarse para conseguirla; sostenedle en sus buenas resoluciones
y dadle fuerza para resistir sus malos instintos.
Espíritu de N..., os felicitamos por vuestra conversión, y damos
gracias a los buenos espíritus que os han ayudado.
Si antes os complacíais en el mal es porque no comprendíais cuán
dulce es el goce de hacer el bien; os considerabais también
demasiado bajo para poder conseguirlo; pero desde el instante en
que habéis puesto el píe en el buen camino, una nueva luz ha
brillado para vos; habéis empezado a disfrutar de una felicidad
desconocida, y la esperanza ha entrado en vuestro corazón. Es que
Dios escucha siempre la oración del pecador arrepentido y no
rechaza a ninguno de los que vienen a El.

Para volver a entrar completamente en la gracia del Señor, aplicaos,
desde hoy en adelante, no sólo a no hacer el mal, sino a hacer el
bien, y sobre todo a reparar el mal que habéis hecho; entonces
habréis satisfecho a la justicia de Dios; cada buena acción borrará
una de vuestras faltas pasadas.
El primer paso está dado; cuanto más avanzareis, tanto más fácil y
agradable os será el camino. Perseverad, pues, y un día tendréis la
dicha de contaros entre los espíritus buenos y felices.
Para los espíritus endurecidos
Señor, dignaos mirar bondadosamente a los espíritus imperfectos
que aun están en las tinieblas de la ignorancia y os desconocen, y
particularmente al de N...
.Espíritus buenos, ayudadnos para que le hagamos comprender que
induciendo a los hombres al mal, obcecándoles y atormentándoles,
prolonga sus propios sufrimientos; haced que el ejemplo de la
felicidad que vosotros gozáis sea un estimulo para él.
Espíritu que aún te complaces en el mal, acabas de oír la oración
que hacemos por ti; esto debe probarte que deseamos hacerte bien
aunque tú hagas mal.
Eres desgraciado porque es imposible ser feliz siendo malo ¿Por
qué, pues, te detienes en este estado, cuando de ti depende salir de
él? Echa una mirada sobre los buenos espíritus que te rodean; mira
cuán felices son, y si no sería mucho más agradable para ti el gozar
de la misma felicidad.
Dirás que te es imposible, pero nada hay imposible para el que
quiere, porque Dios te ha dado, como a todas sus criaturas, la
libertad de elegir entre el bien y el mal, es decir, entre la felicidad y la
desgracia; nadie está condenado al mal. Si tienes la voluntad de
hacer este último, podrías también tener la de hacer el bien y ser
feliz.
Vuelve tus ojos hacia Dios, elévate un sólo momento hacia El con el
pensamiento, y un rayo de su luz divina te iluminará. Di con nosotros
esas sencillas palabras: Dios mío, me arrepiento, perdóname!
Prueba arrepentirte y hacer bien en vez de hacer mal, y verás cómo
al mismo tiempo se extenderá sobre ti, su misericordia, y un
bienestar desconocido vendrá a reemplazar las angustias que
sufres.
Una vez que hayas dado un paso en el buen camino, el resto te será
fácil. Entonces comprenderás cuánto tiempo has perdido por tu culpa
para alcanzar tu felicidad; pero un porvenir radiante y lleno de
esperanza se abrirá delante de ti, y te hará olvidar tu miserable
pasado lleno de turbación y de tormentos morales, que para ti serían
el Infierno, si hubiesen de durar eternamente. Vendrá día en que
esos tormentos serán tales que quisieras a todo precio hacerlos
cesar; pero cuanto más esperares más difícil te será. No creas que
permanezcas siempre en este estado; no, es imposible; tienes
delante de ti dos perspectivas: la una es la de sufrir más que no
sufres ahora, y la otra la de ser feliz como los buenos espíritus que
te rodean; la primera es inevitable si persistes en tu obstinación; un
simple esfuerzo de tu voluntad basta para sacarte del mal paso en
que estáis. Date prisa, pues, porque cada día que retardas, es un día
perdido para tu felicidad.
Espíritus buenos, haced que estas palabras encuentren acceso en
esa alma aun atrasada, a fin de que la ayuden a acercarse a Dios.
Así os lo suplicamos en nombre de Jesucristo, que tan gran poder
tuvo sobre los espíritus malos.

 

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