sábado, 4 de septiembre de 2010

DIFERENTES CATEGORÍAS DE MUNDOS HABITADOS.

3. De la enseñanza dada por los Espíritus resulta que los


diversos mundos están en condiciones muy diferentes los unos de

los otros, en cuanto al grado de adelanto o de inferioridad de sus

habitantes. Entre ellos los hay cuyos moradores son inferiores aún

a los de la Tierra, física y moralmente; otros están en el mismo

grado, y otros le son más o menos superiores en todos los aspectos.

En los mundos inferiores, la existencia es enteramente material,

las pasiones imperan soberanamente, y la vida moral es casi

nula. A medida que ésta se desarrolla, la influencia material

disminuye, de tal modo, que en los mundos más avanzados, la

vida, por decirlo así, es enteramente espiritual.

4. En los mundos intermedios hay mezcla de bien y de mal,

predominio del uno y del otro, según el grado de adelanto. Aunque

no pueda hacerse una clasificación absoluta de los mundos, sin

embargo, se hace en razón de su estado y su destino y basándose

en sus grados más marcados, dividiéndolos de un modo general

como sigue: mundos primitivos, destinados a las primeras

encarnaciones del alma humana; mundos de expiación y pruebas,

en donde el mal domina; mundos regeneradores, en donde las almas

que aún tienen que expiar adquieren nuevas fuerzas, descansando

de las fatigas de la lucha; mundos felices, en donde el bien sobrepuja

al mal, y mundos celestes o divinos, morada de los Espíritus

purificados en donde el bien reina enteramente. La Tierra pertenece

a la categoría de los mundos de expiación y de pruebas, y por esto

el hombre está en ella sujeto a tantas miserias.

5. Los Espíritus encarnados en un mundo no están sujetos a

él indefinidamente, ni cumplen tampoco en él todas las fases

progresivas que deben recorrer para llegar a la perfección. Cuando

han alcanzado en un mundo el grado de adelanto que él permite,

pasan a otro mundo más avanzado, y así sucesivamente hasta que

han llegado al estado de Espíritus puros. Son igualmente, estaciones

en cada una de las cuales encuentran elementos de progreso,

proporcionados a su adelanto. Para ellos es una recompensa el

pasar a un mundo de orden más elevado, así como es un castigo el

prolongar su permanencia en un mundo infeliz, o el ser relegados

a un mundo más infeliz a aquel que se ven obligados a dejar, cuando

se obstinan en el mal.

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